En medio de la nada

     Hace un par de semanas alguien me dijo que debía escribir, porque escribir hace bien...
 Pues, dentro de tanto huracán de sucesos que han acontecido en mi vida últimamente, me he visto en la necesidad de buscar este medio para liberar todo lo que me daña por dentro.

    Antes me encantaba escribir y disfrutaba haciéndolo, me encantaba cantar en cualquier momento del día, me encantaba salir, disfrutar del cine, ir a comer, salir a caminar (todo eso sola); me encantaba cocinar, que realmente es a lo que me dedico, y disfrutaba cada paso en cualquier preparación, porque era mi pasión. Pero todas esas cosas han dejado de ser interesantes, todo se ha vuelto un pequeño desafío día a día, puesto que levantarme de la cama ya es un logro que contar y no es que haya llegado aún a tener algún tipo de discapacidad, porque además de lo mencionado, hay que agregar a la lista que tengo una enfermedad desmielinizante cervical que está en estudio, pero que tiene 90% de probabilidad de ser esclerosis múltiple, así que la batería de mi energía emocional hace mucho que dejó de cargarse al 100%.

    Estoy ad portas de cumplir 33 años y siento que no he logrado nada en mi vida. Qué hacer con esa carga? Siempre tuve sueños, metas, anhelos y ahora que miro hacia atrás, me doy cuenta de que no he conseguido ninguno, eso me atemoriza y frustra aún más, porque ahora tengo el tiempo en contra...no sé si más adelante mis facultades físicas me permitirán realizar todo normalmente, pero a pesar de eso no consigo lograr mucho. Me cuesta avanzar, siento temor por todo, mi carácter prácticamente no existe y vivo de indecisiones, lo que me ha hecho tener bastantes problemas con mi pareja.

   No quiero justificar mis derrotas con esta enfermedad, puesto que siempre he dicho que cada quien está donde tiene que estar y vive lo que ha decidido vivir. Nadie me obliga a estar en esta situación y la esclerosis es nada más que el resultado de una falta de amor propio, creo yo, pero de un amor emocional, espiritual, un amor que sane el alma...